Detrás de las garras: “Cat-Women of the Moon” (1953)
Hay películas que definen una era, y luego está “Cat-Women of the Moon”, una producción que desafía cualquier intento de clasificarla con la seriedad que merece… o que, más bien, no merece en absoluto. Estrenada en 1953, esta joya del cine de ciencia ficción de serie Z es un ejemplo perfecto de cómo la creatividad, la falta de presupuesto y un guion disparatado pueden converger para crear algo verdaderamente inolvidable, por razones tanto buenas como (muy) malas.
Una trama que desafía la gravedad… y la lógica
La premisa es tan simple como disparatada: un equipo de astronautas llega a la Luna solo para descubrir que está habitada por una raza de mujeres-gato telepáticas, quienes viven ocultas en un laberinto subterráneo y están desesperadas por escapar de su destino lunar. Estas mujeres, lideradas por Letha, interpretada con sorprendente seriedad por Marie Windsor, ven en los astronautas la solución a sus problemas… y quizá también la solución a su solitaria vida lunar.
Actores en la órbita de lo ridículo
Marie Windsor, apodada con justicia “The Queen of the Bs”, era una actriz con verdadero talento, conocida por su trabajo en cine negro y westerns de bajo presupuesto. Aquí, sin embargo, parece estar en una misión personal para ver hasta qué punto puede mantener una expresión seria mientras recita líneas que harían ruborizar a un gato doméstico. Aun así, su profesionalismo brilla a través del maquillaje felino, y es imposible no admirar su esfuerzo por dotar a Letha de una presencia magnética, incluso cuando la trama la empuja en direcciones absurdas.
Sonny Tufts, quien interpreta al comandante Laird Grainger, es otro de esos actores que encontró un refugio en las producciones de bajo presupuesto cuando su carrera principal comenzó a declinar. Con una carrera que alguna vez prometió mucho, Tufts se ve aquí atrapado en un papel que requiere poco más que parpadear ante la improbable situación en la que se encuentra. Aunque su actuación es, digamos, poco inspirada, no podemos culparlo por no tomarse en serio una película que pide tan poco de él, salvo seguir el guion.
Efectos especiales que te hacen maullar
Los efectos especiales de “Cat-Women of the Moon” merecen una mención aparte. En una época en la que el cine de ciencia ficción intentaba deslumbrar al público con imágenes de lo desconocido, esta película nos ofrece decorados que parecen sacados de una tienda de disfraces de saldo y efectos visuales que harían que hasta los cineastas amateurs se sonrojaran. Las mujeres-gato, con sus orejas puntiagudas y movimientos coreografiados, se mueven con una gracia más cercana a un espectáculo de variedades que a una amenaza alienígena. El uso de la tecnología 3D, un truco destinado a atraer más audiencia, solo resalta la naturaleza kitsch de todo el proyecto.

Detrás de las garras
Durante el rodaje, Marie Windsor no pudo evitar reírse de las situaciones a las que su personaje era sometido. En una entrevista muchos años después, Windsor comentó cómo todo el equipo era consciente de la ridiculez de la película, pero, como buenos profesionales, hicieron lo mejor que pudieron con lo que tenían. De hecho, se dice que las risas fuera de cámara eran tan frecuentes como los intentos de mantener una apariencia de seriedad en pantalla.
Sonny Tufts, por otro lado, tenía su propia forma de lidiar con las circunstancias. Conocido por su afición a la bebida, Tufts a menudo llegaba al set con un humor bastante relajado, lo que, según algunos rumores, era su manera de encontrar el valor para enfrentarse a las mujeres-gato. No hay duda de que su desinterés evidente por el material en cuestión se refleja en su actuación, que podría describirse amablemente como “despreocupada”.
Conclusión: Un clásico de la Serie Z
“Cat-Women of the Moon” es un recordatorio de una época en la que la ciencia ficción no necesitaba coherencia para entretener, solo la promesa de algo diferente. Aunque la película es un desastre desde cualquier punto de vista crítico, hay algo entrañable en su total falta de pretensiones. Es una obra que te hace reír, a veces involuntariamente, pero que también te lleva a admirar la audacia de los cineastas por siquiera intentar hacerla.
Para los amantes del cine de serie Z, “Cat-Women of the Moon” es una cita obligada. No por su calidad, que está a la altura de sus contemporáneos de baja estofa, sino por lo que representa: un tiempo en el que la imaginación, por más disparatada que fuera, podía aterrizar en la Luna… aunque estuviera vestida con trajes de mujeres-gato.