Cold War: magdalenas de Proust en glorioso blanco y negro
Cuenta Marcel Proust en el primer volumen de 'En busca del tiempo perdido' cómo el sabor de una magdalena empapada en té desencadenó en él una cascada de recuerdos de su niñez. Pues bien, ayer mismo salí del cine con una bolsa llena de magdalenas de Proust tras ver "Cold War".
El film de Pawel Pawlikowski no me retrotrajo a mi infancia, pero sí a los días en los que, salvo excepciones, al salir de la sala tenía la sensación de haber visto algo grande, de haber visto algo que me acompañaría durante muchos años. Algo que, además, me ayudaba a, por qué no decirlo, a ser más feliz. Una felicidad no necesariamente grata, pero que sí llevaba ligada siempre una inmensa satisfacción intelectual. Un viaje temporal hacia, por ejemplo, "Europa" de Lars von Trier. Veintisiete años recorridos en un solo instante hasta que el brutal fast forward de una máquina del tiempo en forma de butaca me devolvía a "Cold War".
"Cold War" es Cine con mayúsculas, Cine como lenguaje universal en lugar de cine con minúsculas, de ese que se reduce sin que nos demos cuenta a una mera transacción económica. "Cold War" es la historia de amor de Wiktor (Tomasz Kot) y Zula (Joanna Kulig) basada, según cuenta Pawlikowski, en la que vivieron sus propios padres. "Cold War" son ochenta y pico minutos de magia. Por muy manida que esté la palabra, no hay otra que defina mejor lo que podemos contemplar a cambio de unos pocos euros.

Joanna Kulig (Zula)
"Ida", la anterior película de Pawlikowski me gustó mucho. "Cold War" ha traído las magdalenas. No me extrañaría en absoluto que la próxima película de Pawel produjera en mí un síndrome de Stendhal como una catedral.
Y no, no voy a contar nada más de esta maravillosa película. Ni siquiera voy a incluir el tráiler. Como al final de "Testigo de Cargo", yo también pido a los que la hayáis visto que no contéis nada. Que vuestros amigos y conocidos se sienten en el cine, que se apaguen las luces y que las gloriosas imágenes en blanco y negro de "Cold War" sean las que cuenten toda la historia.
SergioGonzalez
5 años agoExcelente película, sin duda. Estoy de acuerdo, es mejor no decir nada a nadie. Y la música... increíble.