La Bella y la Bestia de 1991 sigue mejorando con los años

Es cierto que hay muchos casos en los que puede decirse que la tecnología está sobrevalorada. También, que nos anima, o incluso nos obliga, a cambiar nuestros hábitos o costumbres e incluso gustos, sin mejorar ostensiblemente lo que teníamos antes. Además, sin posibilidad de dar marcha atrás. Hablando de dar marcha atrás, ¿existe algún coche nuevo que disponga de velocímetro y tacómetro analógico? Sí, de esos de toda la vida con su agujita de verdad. Antes uno se metía dentro de un coche y el salpicadero parecía el de un coche, no una máquina de videojuegos o cinco iPads colocados aquí y allá.

Pero también hay casos en los que es imposible negar las bondades de los avances tecnológicos. Comparemos la calidad de imagen y sonido de una vieja cinta VHS con cómo ofrece La Bella y la Bestia la plataforma de streaming Disney+. 4K, Dolby Vision, Dolby Atmos... Poder ver y oír así este incontestable clásico (hablo de la de 1991, aunque como es lógico también están las "otras") no tiene precio. Vaaale, sí lo tiene en forma de cuota mensual, pero no deja de ser una cantidad irrisoria sobre todo para los que todavía recordamos el palo que nos daban tiempo ha al adquirir en VHS pelis en versión original subtitulada.

Otro caso, muy relacionado con el anterior, en el que la tecnología ha ayudado a mejorar la existencia de los que nos pasamos gran parte de nuestra vida viendo cine es, obviamente, el soporte en el que lo visualizamos. Desde aquellos televisores de tubo (y había algunos que se veían realmente bien) hemos dado un enorme salto cuantitativo y cualitativo. Pero, ojo, que nadie da duros a pesetas y tampoco gran calidad en televisores gigantes a precios ridículos. Sí, está muy disponer de una pantalla de 65" (o más), pero hay que tener mucho cuidado y no adquirir aparatos que no permitan disfrutar de esos 4K y alto rango dinámico satisfactoriamente.

Delicia absoluta para nuestros tímpanos (¡qué banda sonora!) y retinas, La Bella y la Bestia es en mi opinión una de las mejores películas de Disney, si no la mejor. Para los que estén levantando una o las dos cejas al leer esto último, más los que directamente me tachen de hereje, una recomendación: vuelvan a verla en este formato y en rigurosa versión original y luego hablamos.