Live from New York... It's Ghostbusters 2016

Han pasado más de 30 años desde el estreno del primer Ghostbusters (1984), pero la gran mayoría de los que hayan comprado una entrada o hayan buscado una alternativa menos legal para ver esta nueva entrega de la franquicia cazadora de fantasmas sigue sin tener ni remota idea de qué es Saturday Night Live. No seré yo quién fomente la piratería (creo que tendría la pensión asegurada si vendiera, aunque fuera al peso, todas las películas, libros y música que he comprado a lo largo de los años) pero me atrevería a decir que los torrenteros probablemente estén más familiarizados con el mítico programa de la NBC aunque eso, como diría Moustache en Irma la Dulce, es otra historia.

Bill Murray y Dan Aykroyd, dos de los atrapadores de espectros originales formaron parte del elenco de SNL. Dan desde los inicios del show en 1975 hasta 1979 y Bill, de 1976 a 1980.

Como era de esperar, Aykroyd y Murray aparecen también en Ghostbusters 2016. Dan en un pequeño pero entrañable cameo y Bill en un papel un poco mayor.

En esta nueva película (no creo que se pueda aplicar el término remake), tres de las cuatro cazafantasmas forman o han formado parte del programa creado por el gran Lorne Michaels. Mi favorita, Kate McKinnon, entró en 2012 y acaba de empezar la temporada 42 (sí, 42) de Saturday Night Live. Tengo la impresión de que Kate será recordada como una de las mejores cómicas de la historia del programa y creedme, por calidad y cantidad el puesto se vende muy caro.

Melissa McCarthy no ha formado nunca parte del cast de SNL pero ha presentado el programa en cinco ocasiones.

Leslie Jones (actriz y también guionista) y Kristen Wiig completan la terna. Wiig es un extraño caso de quiero-y-no-puedo. Tras siete temporadas en el programa, se despidió en 2012 con intención de comerse el mundo cinematográfico. Echando una rápida ojeada a su filmografía, me temo que ha tenido más indigestiones que comidas placenteras, cosa que no me extraña ya que tampoco fue precisamente una scene stealer durante su catódico periplo neoyorkino. Sea como sea, siempre nos quedará Dooneese.

En cuanto a la película en sí... voy a ser sincero. Brutalmente sincero. Me divertí más y me lo pasé mejor que con la última de Woody Allen. Es más, salí del cine con la sensación de haber invertido mejor mi dinero que con Café Society y eso, con el precio que tienen las entradas, es mucho decir.