Saturday Night Live: 50 años de risas en vivo, sátira política y caos cultural
Es difícil imaginar un sábado por la noche sin que el Studio 8H cobre vida al ritmo frenético de los skits en vivo. Y más aún, sin escuchar esas palabras mágicas que ya son leyenda: “Live from New York, it’s Saturday Night!”. Con medio siglo a sus espaldas, Saturday Night Live sigue siendo una institución en la televisión, un pilar de la comedia que, lejos de apagarse, continúa reinventándose. Sí, ¡50 años! Quién lo hubiera dicho cuando Lorne Michaels puso en marcha esta locura en 1975. Y ahora, estamos ante el que podría ser uno de los hitos más grandes de su historia: la temporada del 50 aniversario.
En los años 70, la televisión comenzaba a sentir el desgaste de los programas de variedades. Se necesitaba algo fresco, algo diferente, algo para una generación que buscaba su propia voz. Fue entonces cuando Lorne Michaels, un joven productor canadiense, decidió darle forma a lo que terminaría siendo Saturday Night Live. No era solo otro programa de sketches, era una plataforma para la sátira política, la comedia más irreverente y la música más vanguardista. Y lo mejor de todo, ¡en directo!
La primera temporada fue de todo menos predecible. Los Not Ready For Prime Time Players —John Belushi, Gilda Radner, Chevy Chase, Dan Aykroyd, Jane Curtin, Garrett Morris, y Laraine Newman— pusieron de cabeza el concepto de comedia televisiva. Desde el principio, el show rompió esquemas con sketches que iban desde lo absurdo hasta lo subversivo. ¿Quién podría olvidar las locuras de Belushi como el Samurai? ¿O las hilarantes parodias de Chevy Chase? Era un caos en vivo, y al público le encantó.
Si hay algo que SNL ha hecho a lo largo de los años es descubrir talento. Cada década ha traído consigo a una nueva generación de cómicos que, bajo las luces del Studio 8H, se han convertido en superestrellas. Los años 80 marcaron el ascenso de Eddie Murphy, quien no solo mantuvo el programa a flote durante sus momentos más oscuros, sino que lo hizo brillar. ¿Quién podría olvidar su irreverente Mister Robinson’s Neighborhood o su extravagante Gumby? En una época en que SNL se tambaleaba, Murphy fue su salvador.
Los 90 vieron el surgimiento de un elenco que definió una era: Chris Farley, Adam Sandler, David Spade, Mike Myers y Dana Carvey. Cada uno dejó una marca imborrable. Wayne’s World, el sketch protagonizado por Myers y Carvey, trascendió el programa para convertirse en una franquicia cinematográfica, mientras que el infame Matt Foley, Motivational Speaker de Farley sigue siendo uno de los momentos más desternillantes y queridos por los fans. Farley, con su energía desbordante y vulnerabilidad emocional se convirtió en un ícono de la comedia física dejando una huella imborrable antes de dejarnos demasiado pronto.
El final de los 90 y los 2000 trajeron otra ola de gigantes con Will Ferrell al frente. Ferrell, con su humor exagerado y sin miedo al ridículo se convirtió rápidamente en uno de los favoritos del público. Y no podemos olvidar a Tina Fey, quien rompió barreras como la primera mujer en ocupar el puesto de escritora principal. Junto a Amy Poehler, redefinió Weekend Update y lo convirtió en una cátedra de sátira política. El dúo creó una química tan electrizante que hizo reír a la audiencia mientras nos hacía reflexionar.
Desde sus inicios, SNL ha sido el lugar donde la política y la comedia se daban la mano con resultados demoledores en la mayor parte de las ocasiones. Cada administración presidencial ha tenido su propia parodia y algunos políticos han sido tan bien imitados que, para muchos, la versión de SNL se convirtió en su imagen definitiva. Dana Carvey como George H. W. Bush, Will Ferrell como George W. Bush, y más recientemente Alec Baldwin como Donald Trump, todos han redefinido el humor político en cada era.
Otro de los momentos más icónicos llegó en 2008 cuando Tina Fey apareció como Sarah Palin. Con su impecable imitación, Fey capturó la esencia de Palin de tal manera que el público llegó a confundir las frases de la parodia con declaraciones reales de la política. Ese “I can see Russia from my house!” se convirtió en una de las citas más emblemáticas del ciclo electoral, consolidando a SNL como un inusual barómetro cultural de la política estadounidense.
Si bien en Saturday Night Live el pilar es la comedia en todas sus vertientes, su historia está profundamente entrelazada con la música. Desde el primer episodio en 1975, en el que Billy Preston y Janis Ian actuaron como los primeros invitados musicales, quedó claro que la música sería una parte vital del programa. A lo largo de cinco décadas, el escenario del Studio 8H ha sido testigo de muchas actuaciones memorables, no pocas controversias y descubrimientos musicales que han marcado tanto a los artistas como a la cultura pop.
La más controvertida, evidentemente, fue la actuación que todos recordamos de Sinéad O’Connor en 1992, cuando, al finalizar su versión de “War” de Bob Marley, rompió una foto del Papa Juan Pablo II en protesta contra los abusos en la Iglesia Católica.
Como no podía ser de otra manera, Lorne Michaels sigue al frente de todo el tinglado. Michaels ha demostrado una y otra vez que entiende lo que hace que SNL funcione. Aunque el humor cambia, y el tono y el signo de los tiempos también, la esencia del programa seguirá siendo la misma. Mejor o peor, lo veremos dentro de muy poco.
En directo desde Nueva York, ¡es Saturday Night Live!