The Twilight Zone: Buster Keaton en 'Once Upon a Time'
Debería existir una ley que prohibiera escribir sobre The Twilight Zone sin incluir los correspondientes avisos de spoilers. Dicha ley debería recoger minuciosamente lo que se puede o no se puede contar del argumento, desarrollo y final de cada capítulo.
¿La pena por desobedecer esta necesaria ley? Se me ocurren diversas opciones relacionadas con lo que ocurre en muchos episodios de la propia serie, pero si lo contara estaría contraviniendo precisamente lo que propongo así que... vamos a lo que vamos.
Once Upon a Time es de los pocos capítulos de The Twilight Zone en los que no importa especialmente desvelar detalles de lo que acontece en el mismo.
Woodrow Mulligan (Buster Keaton), amargado habitante del año 1890 que reprueba y desaprueba el mundo en el que le ha tocado vivir, utiliza por casualidad un extraño casco que ha inventado el profesor para el que trabaja y es trasladado a 1960 donde conoce a Rollo, un científico obsesionado por la última década del siglo XIX. Como era de esperar, a Woodrow le gusta todavía menos lo que ve allí. Junto a Mulligan, Rollo consigue viajar atrás en el tiempo esperando encontrar su soñado paraíso pero se da cuenta de que echa de menos muchas cosas que tenía en el año 1960. Y hasta aquí puedo leer.
Una sencilla parábola acerca de los peligros del inconformismo caprichoso que explica muy bien Serling en la narración inicial gracias al siguiente dicho: «Out of the frying pan, into the fire».
Parece ser que fue el escritor y guionista Richard Matheson (colaborador habitual de Rod Serling) el que tuvo la idea de traer a Keaton para protagonizar este episodio a modo de homenaje. Buster no se había retirado del cine con la llegada del sonoro, ni mucho menos (incluso tuvo su propio show en la televisión), y continuó trabajando en películas y series hasta poco antes de su fallecimiento en 1966.
Lo que hace especial a este episodio es ver a Cara de palo (de piedra en el sobrenombre original stone face) en pleno 1961 interpretando cine mudo como solo él sabía hacerlo.
La guinda del pastel viene en forma de la magnífica elección de Serling para dirigir el capítulo: nada menos que Norman Z. McLeod. Esta serie no la dirigía el primero que pasara por allí (Christian Nyby, Don Siegel, Ida Lupino, Jacques Tourneur, Robert Florey o el mismísimo Mitchell Leisen, que se puso detrás de las cámaras en tres ocasiones, son algunos de los realizadores utilizados por Serling) y McLeod, que sabía un poco de comedias alocadas, hizo un excelente trabajo.
Colorista
7 años agoNo sabía que Mcleod había dirigido varias de las primeras de los hermanos Marx,... interesante......
El Gran Leblogski
7 años agoOh yes. "Pistoleros de agua dulce" y "Plumas de caballo". No era Lubitsch ni McCarey pero ahí estaba trabajando con los más grandes. "Topper" con Cary Grant, por ejemplo, es una delicia. O "Mi espía favorita", que cuando logro superar la manía que le tengo a Bob Hope puedo ver de vez en cuando para disfrutar de Hedy Lamarr. También "La vida secreta de Walter Mitty", muy buena película.